miércoles, 27 de julio de 2011

Si tu idioma es la mentira: NO nos vamos a entender ~


Estoy cansada, cansada de tantas mentiras, de que la sinceridad cueste tanto. De ver como se pide algo, y se hace lo contrario 'No me mientas, pero creé mis cuentos'. De pensar en lo sanas que serían las cosas, si uno aprendiera a bancarse la realidad. Porque CLARO, exigimos sinceridad. Pero ¿todos se bancan una verdad?
La verdad, muchas veces, duele, molesta; hasta llegar al punto, en el cual, suplicamos que nos mientan: 'Decime que me amás' / 'Me quedo a dormir en lo de pirula' / 'Es un L, pero vinieron más chicos ¿No?' / 'Se pone así porque es celoso, me cuida' / 'No me tira onda, somos amigos' / 'Él/ella no tuvo, la culpa. Se le tiró encima' / 'Dios te va a compensar' (Podría seguir, claramente). Si bien, a simple vista, hay 'mentiritas piadosas' que no nos cambian la vida, estamos lejos de creerlas. ¿De qué nos sirven? no dejan de ser frases trilladas. Seguimos mendigando engaños.
Nos cuesta muchísimo confiar, por el simple hecho, de que sabemos que: NO SOMOS DE CONFIAR. '¿Pueden, acaso, beber el vino, por ustedes envasado?' PR.
Creo, que es lógicamente imposible, no creer capaz de algo a alguien; sabiendo que, uno mismo, sería capaz de hacerlo.
Detesto las mentiras, en todas sus manifestaciones. Mentir, que me mientan, cubrirlas, ser cómplice, o formar parte de ellas. LAS DETESTO.
Mentiría hipócritamente , si dijera, que lo que sé de las mismas, es por habladurías ajenas a mi persona, obvio. Pero mi idea no es dar cátedras de moral (aparte, lejos estoy de poder hacerlo).

El primer paso para engañar, es mentirnos a nosotros mismos, creyendo nuestros propios inventos, antes de decirlos. Podría afirmar que estamos enloqueciendo, pero no me lo estaría creyendo. Los locos, son locos porque no tienen filtros a la hora de la verdad. Los enfermos, carecen de esa virtud, necesitan estímulos externos para sincerarse. Enfermedades psicosomáticas, sí lamentablemente son una consecuencia de nosotros mismos.

No sé, si esto es otra de esas mentiras, que a uno lo hacen sentir menos peor, pero ocultarlo sería otra de las mil de formas de mentir.-

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